VIVIENDA

El edificio de madera más alto del Estado ya se erige en Barcelona

Se trata del primer bloque de pisos en régimen de cesión de uso

Pau Esparch
3 min
L’edifici de fusta més alt de l’Estat ja s’erigeix a Barcelona

No pretende ser un atractivo turístico, pero muchos de los peatones que pasan por la calle Constitución de Barcelona se detienen para observar el número 83. Allí está el edificio de madera más alto del Estado, que ya tiene construidas sus seis plantas. En tan sólo un mes y medio, la cooperativa La Borda ha alzado el primer bloque de viviendas en régimen de cesión de uso en Barcelona. De momento se ha colocado toda la estructura de madera del edificio (formada por unos muros verticales y horizontales). Sin embargo, todavía falta un año largo para que los socios puedan entrar a vivir.

Uno de los arquitectos, Pol Massoni, explica que la previsión es que la obra esté terminada en mayo del próximo año y que la gente se instale, como muy tarde, en septiembre. En los próximos meses el trabajo consistirá en hacer los interiores de las viviendas. Massoni detalla que, una vez esté cubierta la estructura, la madera seguirá visible en el techo y en la fachada. En este sentido, descarta que la madera sea un material peligroso porque no es inflamable y remarca que, si se conserva bien, el edificio puede tener una vida útil bastante superior a los 100 años. Sólo la planta baja está hecha de hormigón, ya que todo lo demás es de madera.

Massoni también subraya que los inmuebles de madera generan menos impacto, tienen un peso más reducido y se pueden llegar a reciclar si, dentro de unos años, se recupera el solar desmontando el bloque de pisos. Aparte, destaca que esto permite un ahorro energético. La madera del edificio es de pino insigne procedente del País Vasco y la parte que quedará sin cubrir cuenta con un barniz de protección del fuego.

Una cincuentena de socios

Las viviendas del bloque son en cesión de uso. Por lo tanto, la cooperativa La Borda es la propietaria del bloque y los socios deben hacer una aportación de capital social de 15.000 euros y también tendrán que pagar una mensualidad por determinar cuando el edificio esté construido. La Borda dispone de más de una cincuentena de socios, que son los que van a vivir en las 28 viviendas. Además, cuenta con 43 personas en "lista de espera" para poder ser socios, explica una de las portavoces de la cooperativa, Elba Mansilla.

Como La Borda no prevé que en los próximos años haya tantas bajas de las familias que vivirán en el bloque, Mansilla valora que una opción para dar respuesta a esta lista de espera es buscar otro espacio en Barcelona para hacer un proyecto de características similares. De hecho, aunque la cooperativa todavía necesita un 20% más de financiación para cubrir el coste total de la construcción, que es de 3 millones de euros, Mansilla avanza que la idea es obtener el dinero restante con títulos participativos.

"Nos ha tocado abrir muchos melones que las próximas promociones de viviendas de cesión de uso ya se ahorrarán", asegura Mansilla, que se muestra convencida de que La Borda conseguirá reunir la financiación pendiente. También considera que su experiencia será útil para iniciativas similares.

Poco apoyo del Ayuntamiento

En cuanto al apoyo que el proyecto ha recibido del Ayuntamiento de Barcelona, Mansilla afirma que el equipo de gobierno de Barcelona en Comú ha hecho bandera del proyecto aunque esto no se ha concretado "en ninguna colaboración". En este sentido, se queja de las dificultades burocráticas. Asimismo, Massoni remarca que, legalmente, La Borda ha hecho saltar las alarmas por el hecho de crear un precedente.

Sin embargo, Mansilla subraya que su proyecto permitirá que los barceloneses puedan quedarse a vivir en los barrios de la ciudad. "Es una forma de resistencia", resalta, mientras manifiesta que la problemática de Barcelona con las viviendas se ha vivido en otras ciudades europeas, como Berlín. Por ello, Mansilla concluye que su finalidad es "poder vivir con dignidad en Barcelona".

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