ANÁLISIS

Y Felipe, ¿qué dice de todo esto?

El domingo las bases socialistas, tan maltratadas y tan ignoradas por sus dirigentes, se rebelaron y enterrar el felipismo y sus herederos

David Miró
2 min
L’expresident del govern espanyol Felipe González era un dels principals padrins de la candidatura de Susana Díaz.

SubdirectorDurante muchos años, ante cualquier dilema ideológico, los militantes socialistas preguntaban: "Y Felipe, ¿qué dice de esto?" La confianza en el mítico ex era total. Ayer, sin embargo, las bases socialistas, tan maltratadas y tan ignoradas por sus dirigentes, se rebelaron y enterrar el felipismo y a sus herederos. La victoria de Sánchez contra la candidata oficialista del 100% PSOE es una ruptura de unas dimensiones históricas: Felipe ha muerto.

La segunda conclusión es que los autores del golpe de estado contra Sánchez no calibraron el terrible impacto psicológico que tenía para los militantes socialistas (gente de izquierdas que en muchos territorios han pasado años de calvario bajo la hegemonía del PP) facilitar la investidura de Mariano Rajoy. Lo resumió mejor que nadie la militante del PSPV Trini Castellón en el famoso programa de Salvados que entrevistó a Sánchez: "¡Si yo no puedo dormir, como es que ellos están tan tranquilos!"

La tercera es que con un resultado tan claro los barones, empezando por la misma Díaz, no tienen más remedio que rendir armas ante el nuevo líder. No hay espacio para maniobras obstruccionistas o de oposición interna porque saben que los militantes los penalizan. Ésta, y haber borrado la fractura territorial, es la mejor noticia de la noche para el equipo de Sánchez.

La peor es que su victoria no podrá borrar de un día para otro toda la animadversión provocada contra él. Sánchez debe optar ahora por ser magnánimo o por hacer limpieza. La segunda opción es muy complicada porque pondría en peligro la estabilidad de algunos gobiernos autonómicos. Se impone, pues, una tregua.

Hoy es sin duda un mal día para Rajoy, un buen día para el PSC, y un día con amenazas y oportunidades para Podemos, exactamente igual que para Cataluña. Rajoy esperaba que una victoria de Susana Díaz le permitiera poder plantear alguna reforma estructural que justificara agotar el mandato, pero ahora deberá pelear con un Parlamento hostil donde la unidad de acción PSOE-Podemos-nacionalistas le puede hacer la vida imposible. La capacidad de resistencia de Rajoy, que ya sabemos que es elevadísima, se volverá a poner a prueba.

Buen día para el PSC

El PSC vivió ayer uno de los mejores días de su historia reciente. Los militantes socialistas catalanes han marcado la pauta al resto de España, a pesar del contorsionismo de Iceta (el primero que advirtió a Susana que Pedro podía ganar), que lo deja ahora mismo como el varón menos desgastado por las primarias. Una lección de supervivencia.

Pablo Iglesias, como Rajoy, no tiene buena sintonía con Sánchez, pero sabe que no puede volver a cometer el pecado de soberbia de después del 20-D, cuando se autootorgó el cargo de vicepresidente antes de negociar y nunca ocultó que su objetivo era el sorpasso. Hoy, y al menos durante las próximas semanas, Pedro Sánchez es el héroe de la izquierda española. Iglesias deberá morderse la lengua.

¿Y qué pasa con Cataluña? La tercera vía federalista coge aire, pero el referéndum pactado sigue estando igual de lejos. El dilema, en este caso, será para Sánchez: ¿estará junto a Rajoy para impedirlo en cualquier caso?

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